Nos detenemos un pequeño instante en mitad de tanto trajín de eventos para traeros algunas ideas y reflexiones fruto de los últimos trabajos realizados.
Recuerdo las caras de emoción de las parejas mientras suena la música, las novias radiantes caminando , el si quiero….Y es que sin música nada seria lo mismo.
Más allá de la opción que se elija para acompañar esos instantes tan emotivos, la música siempre aporta algo que acompaña, que guía mientras alguien lee un texto dedicado, o se intercambian unos anillos, un beso…Y sobre todo, si es una música escogida cuidadosamente desde el corazón se produce una fusión perfecta en la que la música potencia todas las emociones a flor de piel.
La idea que me motiva por encima de todo es que el evento sea lo más personal posible, en cada detalle, un sello de personalidad.
Con las parejas se produce una tormenta de ideas, mezcla de allí, de allá…me encanta recibir peticiones, algunas muy originales, a la vez que propongo piezas que pueden encajar perfectamente como la banda sonora de una película.
Continuamos pues nuestra andadura con unas lineas que me llegaron en un instante:La música es belleza y por ella misma se sostiene. No necesita de artificios para llegar al alma. Es un puente entre donde nace y quien la recibe, una conversación sin mente, pura y diáfana.
Foto: Ernesto Ehoeler
